Esta mañana hemos ido al hospital de zona a pedir una cita para el traumatólogo de Pirata, espero que sea la última revisión de su displasia congénita de caderas.
Sabía que la espera sería larga, pero una hora para conseguir una cita en un hospital infantil me parece demasiado.
Tras perder la mañana hemos dado un paseo y a comer.
La tarde en casa, con amenaza de chaparrón, pero nada de nada. Va a llover, va a llover, pero no llueve.
Lo hemos pasado bien. Pirata en su línea de tenernos con el corazón en un vilo mientras se suelta a caminar. Dulçura en la suya de no callar y decir cosas que me resultan muy graciosas. Cada vez tiene pensamientos más maduros, y aunque en el fondo me gusta a veces me da un poco de rabia ver lo rápido que se hace mayor.
Ahora están en el baño, yo ando con la preparación de la cena y... A descansar. Mañana será otro día, no se si pasado por agua, pero otro día.
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