viernes, 18 de marzo de 2011

Elegir el colegio de los niños. Parte I

Ahora hace un año de la que creo ha sido mi peor experiencia como madre. 
Mis hijas son, afortunadamente, niñas sanas y felices. Así que mis preocupaciones son la comida, el sueño, el juego... Y el colegio.
Elegir el colegio en el que tus hijos pasaran, ocho horas diarias cinco días a la semana, un montón de años no es una empresa fácil.
Voy a intentar explicar la "elección" de cole para la mayor. Ahora que ha pasado un tiempo.

Antes de tener a mis niñas siempre pensé que cuando fueran mayores las llevaría a un cole como al que fui yo. Es un colegio religioso pero sin uniforme, grande, con buenas instalaciones y con "buen nivel". No solo es el cole en el que estudie, es MI cole, en el que crecí, en el que estaban mis amigos... en el que me casé.
Mi marido estudió en un colegio en el que ya entonces (no es que seas viejo, cariño) se ponían en práctica todas las teorías que hoy son vanguardia en nuestros coles, la educación religiosa se recibía en la parroquia del barrio y en casa. Eso era lo que quería para su hija, pero su colegio está en Buenos Aires, nos quedaba lejos.
Llegado el momento de buscar colegio para la niña hablamos del tema. Mi marido quería un colegio como el suyo y yo uno como el mío. ¡Qué bueno que nuestros padres acertaron!

Queríamos un colegio en el que se exigiera a nuestra hija al máximo de sus posibilidades, con buenos profesionales que se encargaran de su formación académica, con compañeros parecidos a ella. Un lugar en el que aprender y crecer como persona. Y uniforme, bendito uniforme.
No queríamos un colegio lejos de casa porque eso implicaría someter a la peque a horas diarias en la ruta, además de limitar ver a los amigos con facilidad cuando sea mayor. Tampoco queríamos un cole en el que estudiara cuatro idiomas, montara a caballo, hiciera salto de trampolín y llegara a casa a las siete de la tarde a enfrentarse con los deberes para terminar a la hora de cenar, deseando meterse en la cama, para levantarse a las seis y volver a su maravilloso cole.
El tema religioso nos daba igual, en casa nos encargaríamos de ello en cualquier caso.
Tras varias charlas, y la aceptación de que el colegio perfecto no existe, decidimos que el colegio elegido sería el mismo al que yo fuí: cercano, con un nivel adecuado a nuestras pretensiones, buenas instalaciones, se encontraría con algunos compañeros de la guarde, religioso y sin uniforme. 

Pero no vale con querer un colegio, hay que tener los puntos necesarios.

- Hermanos matriculados en el centro. 0 puntos.
- Padres que trabajen en el centro. 0 puntos.
- Proximidad del domicilio laboral o familiar. 4 puntos.
- Renta familiar. 0 puntos
- Discapacidad. 0 puntos.
- Familia numerosa. 0 puntos.
- Enfermedad crónica del sistema digestivo, endocrino o metabólico que exija seguimiento de una dieta compleja y estricto control alimentario. 0 puntos.
- Punto por ser antiguo alumno, que el colegio otorga previo pago de la cuota de la asociación de AA. 1 punto.
Total 5 puntos.  Sabíamos que el curso anterior habían entrado todos los que tenían 7 puntos, pero algunos con 6 se habían quedado fuera. 

Llegados a este punto creo que el padre de la criatura, muy práctico, hubiera optado por buscar otro colegio que nos gustara. 
Pero decidimos intentarlo, queríamos ese colegio. Mejor dicho, yo quería ese colegio. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una gran tarea la de buscar colegio y muy importante acertar con la elección, claro que en casa es donde se forman a los hijos. Carmen

Eva Paris dijo...

Difícil elección, os deseo suerte, ya habéis hecho un gran trabajo q es pensar sobre ello. He compartido esta entrada en el repaso semanal de blogs:

http://www.bebesymas.com/bebes-y-mas/blogs-de-papas-y-mamas-lviii

Un saludo!

Eva

Marta dijo...

Gracias a Eva y a Bebés y más por comentar sobre mi blog en su web, y gracias a todos los que me dejáis comentarios, que me animan a seguir adelante.