martes, 31 de mayo de 2011

Revisión de los cuatro años y vacunas.

Ya hace días que le estamos anticipando a la Dulçura de la casa que cuando uno cumple cuatro años tiene que ir a decirle al pediatra que ya es mayor. 
¿Y que hace el pediatra? Pues mira si es verdad. Nos pesa, nos mide, nos mira los oídos y la boca, nos ausculta con el "fonendotelescopio"... y después nos manda a ponernos una vacuna.
¿Qué es una vacuna? Una vacuna es que te pinchan para no ponerte malito. El padrino se pone muchas porque es fuerte y muy mayor.

Por fin llegó el gran día, algo nerviosa pero contenta fuimos al centro de salud. En la consulta todo bien: peso, altura, oídos, garganta... Ella contestó a todas las preguntas que el doctor le hizo y salió muy contenta. De allí a la sala de curas, a por los chutes. Tuvimos suerte con la enfermera que estuvo dándole  conversación mientras preparaba todo. Me senté con ella en brazos, para que se moviera lo menos posible y se sintiera arropada. A veces ser mamá es muy cruel. Tener a tu niña encima, abrazarla fuerte... todo para que le peguen un par de picotazos.

Mi niña es una campeona, empezó a llorar un poco al sentir el primer pinchazo y la pobre dijo que no quería la otra vacuna, pero ya estaba puesta también. Muy bien la profesional que nos atendió, lo hizo rápido y enseguida comenzó que quitarle hierro al asunto diciendole lo bien que se había portado y regalándole una jeriguilla enorme.
Tenemos una valiente en casa.

viernes, 27 de mayo de 2011

Las rutinas de los niños III. El aseo.

Aviso, no voy a hablar de la retirada del pañal, esa parte del aseo merece una entrada completa.

El baño, el lavado de manos y cara, el cepillado de dientes... las diferentes rutinas higiénicas que en casa seguimos son el tema de hoy.
Es importante, desde mi punto de vista, trabajar con las peques las rutinas de aseo para que se sientan cómodas y porque se evitan enfermedades.

Dulçura se levanta directa al baño, recuerdo de cuando le quitamos el pañal y por la mañana íbamos corriendo no fuera que tras toda la noche sin problemas se liara justo al levantarse.
Tras el desayuno nos lavamos, también los dientes, y nos peinamos.
Antes de empezar a poner la mesa lavado de manos y después de comer visita al señor Roca para ir a dormir la siesta. Aunque ella quiere limpiarse sola, y de hecho en el cole lo hace, en casa sigo repasando yo, o quien la acompañe al baño, para evitar infecciones.
El baño es uno de los momentos preferidos del día, lo pasan genial. El otro día, por primera vez en su vida, no quería bañarse, pero existía un motivo. Llevaba una tirita de Hello Kitty y no se la quería quitar para bañarse. 
Tras el compromiso de volver a colocar una tirita tras el baño, encantada.
Antes de cenar lavamos las manos y después los dientes, con pasta y a fondo. También hacemos un pipí antes de ir a la cama.

Para conseguir que todas estas rutinas estén interiorizadas hemos sido constantes en su realización. 
Al principio, antes de iniciarlas, hemos hecho de modelo: nos ha visto lavarnos, peinarnos... Ahora lo hacemos con la peque, para que se vaya familiarizando.
Después hemos intentado que se fijara en cómo la peinábamos o le lavábamos los dientes... para que poco a poco descubriera los pasos a seguir. En función de la complejidad de la rutina ha empezado a hacerlo sola o hemos modelado sus movimientos, retirando poco a poco las ayudas. Y, desde luego, siempre hemos reforzado sus progresos por pequeños que fueran.

Ahora es casi autónoma en el aseo (excepto el baño, por el peligro que conlleva) y está encantada de hacerlo tan bien.

jueves, 26 de mayo de 2011

El bolso de una madre


Hace días que me duele un poco la espalda. ¿Será por el bolso?
Hace un rato he cambiado mis pertenencias del bolso que llevaba estos días al que he preparado para mañana. Y si, es el bolso.
¡Por Dios! Si me dejan llevarlo estoy preparada para irme a la isla de los famosos y ganar. Tengo de todo.
Llevo un ladrillo-monedero, y desde luego el peso no es de los billetes de 500 euros. DNI, DNI de las peques, tarjeta de crédito, tarjetas sanitarias de los cuatro,  tarjetas de descuento, tarjetas de cliente, tickets, recibos, plano del metro (hace lo menos dos años que no voy en metro), tiritas, fotografías (suerte no ser madre de familia numerosa, necesitaría un albúm)... Esto lo necesito, al bolso de mañana.
Monedero para la chatarrilla, también lo necesito.
Muestras de un gel frío para las piernas que me dieron en la farmacia. ¡Ah!, por eso el bolso huele a mentol. Me lo estoy poniendo y la verdad es que relaja un poco mis agotadas patorrillas.
Arnidol, bendito Arnidol. Pa'dentro.
Cascos. Fundamentales, mi vida permite ir escuchando música todo el día. Aunque a veces, después de trescientos veintisiete por qués de la niña escucharía un rato la radio de buena gana. Sobretodo si no me preguntan nada. Al bolso, no se que hacer con ellos.
Un mordedor. Con la porquería que llevo en el bolso si se lo doy a Pirata fijo que me ahorro las vacunas hasta los catorce años. Quedaría inmunizada de todo, si sobrevive. Al lavavajillas.
Medio palote. Esto también lo voy a aprovechar, que no he cenado demasiado. Un poco duro, pero... para llevar aquí un mes no está mal.
Carta del cole para apuntar a la niña al comedor el próximo curso. IMPORTANTE. Si no la apunto tendré que buscarle un sitio de menú apañado cerca del cole.
Llaves. De casa, de casa de mi madre, del coche y alguna que no sé que abre. Al bolso.
Chocolatinas. No he cenado mucho, pero tampoco tengo tanto hambre, o tanto valor. Deben llevar meses aquí y con los calores de estos días se han quedado con una forma un tanto extraña. A la basura, que con lo que cobran de tasa habrá que tirar algo.
Gafas de sol. Mañana han anunciado tormentas, así que al cajón. ¿Los diseñadores de fundas de gafas no tienen bolso? ¿O se lo lleva alguien? No entiendo que una funda de gafas abulte más que mi monedero-ladrillo, dentro solo hay unas tristes gafas.
Abanico. Anuncian tormentas, pero esto no pesa. Al bolso.
Horquillas y gomas de pelo. Con todas las que hay en mi bolso puedo hacerle el moño a doce bailarinas. No se si colocarlas de nuevo en la caja o  poner en mi bolso las pocas que quedan en la caja.
Kleenex, tres paquetes a medias. Ninguno es suficiente para pasar el día, así que dejo dos.
¡Ups! El ticket que llevo toda la tarde buscando. El único útil y no está en el monedero. ¿Para que quiero yo un ladrillo?

Total, he cambiado de bolso, su peso ha bajado al menos cincuenta gramillos. Me he puesto gel refrescante en las piernas. No me he comido las chocolatinas. Así que mañana voy a caminar muy ligera. 

miércoles, 25 de mayo de 2011

Érase una vez una niña de cuatro años...


Hace cuatro años que Dulçura llegó a nuestras vidas. Parece que fue ayer cuando salíamos del hospital con ella en nuestros brazos, dormida, tranquila, tan frágil... Ahora es independiente, camina, corre, salta, juega sola, toma sus decisiones, tiene sus propios pensamientos... Se ha pasado muy rápido.

Hemos celebrado su cumple. Una fiesta super rosa, que también le encantó a papá que celebraba sus &€ años.
Nos hemos disfrazado todos. La iaia de diez, vestida de madrastra con su manzana y todo, el padrino y la madrina de cazador y de Jasmin, papá del zorro y yo de Campanilla. A la peque la hemos vestido de enanito, aunque el gorro con cascabeles no ha habido forma de que lo aguantara puesto. La protagonista del día iba de Blancanieves, con unos zapatos de tacón que le compró la iaia y que ya reposan en la basura. ¡Qué poco me gustan esas cosas! aunque reconozco que a ella le han encantado.


 
El salón de casa nos ha quedado monísimo, todo rosa, con princesas... He estado a punto de dejarlo así para siempre. Guirnaldas de flores, pegatinas de castillos, un montón de cuentos, un cuatro hinchable y una piñata de princesas.

 


La merienda, fácil. Unos sandwich con forma de flor y de mariposa, humus, trocitos de queso y chuches pinchas en brochetas decoradas con estrellas y el número 4. Y, por supuesto, la tarta.




Lo hemos pasado genial, jugando todos, charlando y abriendo los regalos. ¡FELICIDADES CARIÑOSS!

martes, 24 de mayo de 2011

De vuelta

Ya tenemos router nuevo. Ha costado pero ya está.
Llevo retraso, mucho tengo por leer y algo por escribir: revisiones pediátricas, cumpleaños de Dulçura, taller de cocina en el cole...

sábado, 14 de mayo de 2011

Incomunicados

Han sido años de una relación intensa. Nos costó un poco configurarte y que comenzaras a caminar, pero desde entonces ni un fallo. No nos has dejado tirados nunca. Hasta hoy.
Años de búsquedas por la red, de partidos de fútbol de Boca, de correos más o menos importantes... Has enviado las primeras fotos de nuestras peques a la familia, has sido testigo de las conversaciones más íntimas con mi viajera amiga del alma y contigo conocí muchos blogs y empecé este.
DEP

P. D. A la espera de un router nuevo seguimos sin conexión.

martes, 10 de mayo de 2011

Las rutinas de los niños II. La hora de dormir.




El otro día me quedé a medias con las rutinas del sueño. Voy a ello, aunque es un tema que me pica.
He de confesar, en primer lugar, uno de esos errores de madre primeriza. Esos que no te perdonarás nunca, pero que en su momento te parecieron lo mejor. Puse en marcha el supermegamétodo Estivill. Espero que mi Dulçura me lo perdone algún día.
No pretendo justificarme, pero eran muuuchas las noches sin dormir, el cansancio acumulado, el estrés me desbordaba. Y le pregunté a San Google.
Leí sobre un método que era la panacea, la solución a todos mis problemas. Era lo que necesitaba.
Me pareció un poco drástico y, de hecho, no lo hice tal cual se explicaba, me lo hice a la medida de lo que podía soportar. Dejé a mi hija llorar: la primera vez cinco minutos, la segunda siete y la tercera diez. Cada vez que entraba en la habitación trataba de calmarla, la tocaba y acariciaba, pero no la cogí en brazos en ninguna ocasión. En total fue algo más de media hora, horrible, pero después del sofoco durmió del tirón. Yo tampoco, otra noche sin dormir pensando en lo mal que lo tenía que haber pasado la pequeña.
Al día siguiente repetí la operación, lloró cinco minutos y tras calmarla un poco otros tres o cuatro minutos y se durmió. Por fin pude dormir unas horas seguidas.
Es cierto que desde entonces nos ha dado pocas noches malas, teniendo en cuenta lo que es un niño. Pero claro, seguramente fue porque había llegado el momento de dormir más horas seguidas. Espero que a su hermana también le llegue ese momento algún día.

Tras el error cometido la rutina para ir a dormir de la mayor consiste en terminar de cenar, charlar un rato tranquilamente (sobre el día, sobre lo que sucederá al día siguiente, algún cuento...), lavado de dientes, pis y a la cama. Allí rezamos y, normalmente, hablamos con los abuelos por teléfono. Decidimos lo que nos va a hacer compañía por la noche (libro, peluche...) y nos damos los pertinentes besos. Hay días que cae como un tronco antes de que hayamos salido de la habitación y hay días que le cuesta un poco más. Los días que más le cuesta suele pedir agua o charla un ratito ella sola, canturrea...

Con Pirata es distinto. Aunque ya tiene horarios parecidos a los de los demás durante el día por la noche cuesta que duerma. Al terminar de cenar suele caer rendida, pero en una horita se despierta. Entonces teta, que relaja mucho, y vuelve a caer. Cuando vuelve a despertarse entra papá en acción y le da un bibe. La siguiente me vuelve a tocar a mi, más teta. 
Espero que con el tiempo duerma ratos más largos, todo llega.

Ahora tengo claro que no las dejo llorar, que en el momento en que las oímos atendemos su llamada, ya sea por hambre, porque se han despertado, por una pesadilla...
En casa uno sabe donde se acuesta, pero no donde se levantará, eso depende de las llamadas de nuestras peques.

domingo, 8 de mayo de 2011

¿Qué son las convulsiones febriles? ¿Qué hacer?

Antes de la horrible experiencia vivida hace unos días sabía de la existencia de las convulsiones febriles. El sobrino de una amiga, la hija de una compañera del trabajo... conocía sus experiencias. Además, hace unos meses en Diario de una mamá pediatra aparecía un post sobre el tema.
Ahora, tras las explicaciones recibidas en urgencias y por parte del pediatra que lleva a Pirata sigo buscando información. En internet hay muchas páginas que explican qué es una convulsión febril, aportan datos, porcentajes... 
Tras lo leído, y después de vivirlo en primera persona, creo que la explicación que me resulta más real y cercana es la del post que os he comentado. Lo cuenta tal como es. Me voy a permitir comentarlo desde mi experiencia, agradeciendo a Amalia que me haya permitido hacerlo, pero os recomiendo leer su post completo. Es genial.

"Las familias viven las convulsiones con una sensación de que el niño se les está muriendo" 
Lo juro, tuve la sensación de que mi niña se moría en nuestros brazos, la peor sensación de mi vida.

"Las convulsiones febriles son episodios de pérdida de conciencia acompañados de alteraciones del tono muscular (rigidez o por el contrario hipotonía -como un muñeco de trapo-), con frecuencia sacudidas de extremidades, ojos en blanco, labios amoratados y sensación de que no respira. Se producen en niños sanos que tienen una edad entre los 6 meses y los 5-6 años y están asociadas a la fiebre, que no tiene por qué ser demasiado alta. La edad más típica es entre el año y los dos años y el episodio se produce habitualmente justo cuando está empezando a subir la fiebre, de forma que la mayoría de las veces es difícilmente previsible."
La explicación me parece muy acertada. En nuestro caso la niña se quedó, no habría encontrado mejor forma de explicarlo, como un muñeco de trapo, no tuvo sacudidas y los ojos estaban fijos, con la mirada perdida. Los labios se le amorataron al principio, aunque al ratito ya tenía mejor color, poquito a poco iba respirando. La fiebre, efectivamente, no era alta.

"...es complicado ser consciente del paso real del tiempo (a todo el mundo se le hace eterno), lo usual es que duren unos pocos minutos, a veces segundos..." 
Los médicos dijeron que probablemente no habría durado los diez minutos que nosotros decíamos, lo cierto es que es eterno. Yo tengo experiencia en crisis epilépticas por mi trabajo, se que debo mirar la hora, pero ni pensarlo, ni acordarme. En ningún momento pensé en mirar la hora, por lo que calculé la duración del episodio por la llamada a emergencias grabada en mi teléfono.

"Las convulsiones febriles tienen mala fama y asustan mucho. Mala fama porque se asocian a meningitis y otros problemas del sistema nervioso. En cambio, para los pediatras de Urgencias es una patología que vemos con cierta frecuencia, ya que afectan a un 3-4% de los niños. Lo importante en el caso que se produzca, tras estabilizar al niño es considerar el motivo de la fiebre y actuar en consecuencia (teniendo en cuenta que en muchas ocasiones, al ser un cuadro febril incipiente no siempre el foco febril es evidente)."
Los médicos de la UVI móvil que vinieron a casa venían de atender un caso de convulsión febril, así que debe ser bastante frecuente. En nuestro caso la fiebre, que no ha vuelto a aparecer, puede deberse a un leve constipado ya que tiene algún moquete, pero nada importante.

"La causa de las convulsiones es desconocida, seguramente el cerebro infantil, en proceso de crecimiento y desarrollo es más susceptible a determinados estímulos como la temperatura o determinadas infecciones." 
Esta fue exactamente la explicación de la pediatra que nos atendió en urgencias. El cerebro de nuestra pequeña no está preparado para un subida o bajada brusca de la temperatura y reacciona de este modo.

"La mayoría de convulsiones febriles comparten una serie de características (edad "típica", duración corta - menos de 15 minutos-, recuperación completa, desarrollo psicomotor normal). Las convulsiones febriles típicas son benignas, no dejan secuelas, no necesitan ningún tipo de exploración complementaria ni seguimiento por ningún especialista.
Ahora bien, es cierto que se puede volver a reproducir el episodio en otro cuadro febril. La mayoría de los niños sólo tendrán una convulsión febril, pero si se ha tenido en una ocasión, la posibilidad de repetir es superior"
Se que es así, pero espero que en el caso de mi peque no vuelva a repetirse. Aunque intentaré estar preparada para ello.

"Si te ocurre con tu hijo/-a debes intentar:
- Mantener la calma
- Ponerle en un sitio seguro para evitar que se golpee o se haga daño
- Liberarlo de ropa o prendas apretadas
- Comprobar que tiene la boca libre (sin comida, sin objetos) y puede respirar
- Si parece que va a vomitar colocarle de lado para evitar la aspiración del vómito
- Y si es posible (dificilísimo) intentar controlar el tiempo
- Si dura más de 5 minutos, es conveniente avisar al servicio de emergencia porque existe la posibilidad de que necesite alguna medicación
Cuando el episodio cede, el niño se queda relajado, decaído, dormido. Es lo que se conoce como periodo postcrítico. Es aconsejable una valoración médica posterior a la convulsión para comprobar la recuperación completa."
Ahora que ha pasado el tiempo creo que reaccionamos bastante bien. Lo de la calma, pues no, calma no describe lo que sucedía en casa, pero tampoco fue horrible.
Como no hubo convulsiones no había peligro de que se golpeara, le quitamos la ropa, la envolvimos en una toalla mojada con agua tibia y la tuvimos todo el rato en brazos. También conseguimos que sacara el antitérmico que acabábamos de darle y que no había llegado a ningún sitio.

 "Y después un poco de aire para los padres con el fin de intentar recuperar el sosiego y llorar la emoción contenida." 
No sabéis como se agradece este final para un artículo magistral. Las sensaciones son contradictorias. Por un lado la felicidad absoluta porque peque volvía a ser la Pirata de siempre. A pesar de ser las tres de la mañana ella estaba jugueteando, queriendo dar paseos por la sala de observación agarrada de nuestras manos, sonriendo, llamándonos y dándonos besos... Pero por otro lado los nervios, la angustia pasada... Ganas de relajarse un rato y de llorar. Hace días que no puedo dejar de llorar, pero ¿y lo a gusto que se queda una?

viernes, 6 de mayo de 2011

Convulsiones febriles

Nos hemos llevado un buen susto.
Anoche estábamos en la cama Pirata, papá y yo, jugueteando tranquilamente antes de ir a dormir. Pirata con fiebre, no demasiada, pero de cara a la noche habíamos decidido darle un antitérmico. Según se lo dí se quedó rígida, con la mirada perdida y empezó a ponerse un poco morada.
Pánico, no se como describir lo que sentí en ese momento, no sabía que hacer pero sabía que debía reaccionar con rapidez. Ver que mueves a tu hija, que la llamas, que la acaricias y que no responde es angustioso.
Llamada a la iaia que vive unos pisos más abajo y al 112. La iaia voló, en segundos estaba en casa. La llamada a emergencias se me hizo eterna, 5:08 minutos, me dijeron que la desnudara y la envolviera en una toalla humedecida con agua templada. Que me tranquilizara, que estaban en camino.

Nuestra pequeña seguía ida, sin reaccionar, sin mirarnos. Tras mojaría repetidas veces empezaba a reaccionar: tenía fuerza en las manos y la boca, se aferraba fuerte a nosotros, mordía el dedo de la iaia, y comenzó a tiritar.
Por fin los medicos, los quince minutos que tardaron en entrar por la puerta de mi casa fueron los más largos de mi vida: nunca había tenido un cuarto de hora del que fuera tan consciente segundo a segundo.
Empezarón a preguntar los detalles del suceso, muy difícil explicar lo sucedido de forma coherente, suerte que ellos sabían que preguntar. Nos tranquilizaron y explicaron que aquello había terminado, que se estaba recuperando. Por ser la primera crisis nos trasladaban al hospital, para estar en observación.
Observación un par de horas y peque volviendo a ser ella. Todo normal. Para casa.

Todavía tengo los nervios desquiciados y los sentimientos a flor de piel. 
Solo quiero dar las gracias: a Dios porque mi niña está bien, a mi marido por estar a mi lado y por su reacción, a mi madre por tener siempre la respuesta, a mi hermana y mi cuñado por ser el apoyo necesario en el momento justo, a los médicos y personal sanitario por su trabajo y su capacidad de empatía, y a nuestro ángel de la guarda particular.

Ya explicaré en qué consisten las convulsiones y cuales son los pasos a seguir, pero ahora seguimos controlando la fiebre de Pirata y estamos cansados. Lo dejo para otro día.

jueves, 5 de mayo de 2011

Premio

En Primer lugar dar las gracias a Albertina de De chupetes y babas por este premio. Mucha ilusión.

Y ahora a repartir, que también mola. Se lo voy a dar a algunos de los blogs que han tratado el temita del ministro de trabajo, del que yo no he hablado, porque me hago mala sangre. Solo diré que si el aborto se hubiera legalizado antes a lo mejor no teníamos que aguantar tantas gilipolleces. Ups! por eso hay temas que no comento.

Me gusta ser mamá
Creciendo con David
Mamá sin complejos
Mamá contracorriente
Criar en contravia
Nuestra pequeña cría
Reeducando a mamá
Aprendiendo de Adrián y Gael
La Mamá de Mateo

Y me guardo el ulti para Crónicas de una padawan, por lo que hubiera dicho. Que disfruteis muuucho del bebé.

Faunia. Tercera parte.

VISITA A FAUNIA DEL DÍA 23/04/11
Misterios bajo tierra ofrece la posibilidad de adentrarse en las profundidades de una cueva con animales sorprendentes: serpientes Pitón, una Iguana de un color verde impresionante y dos grandes acuarios con unas anguilas muy curiosas que salen bajo la arena.
Uno de los animales más interesantes que vimos es el ajolote, anfibio que es objeto de estudio por parte de investigadores en células madre, dada su prodigiosa capacidad de regenerar completamente cualquier miembro que le sea amputado.

El nido es un pasillo por el que se puede descubrir el proceso del nacimiento de los animales ovíparos. Los pollitos nacen en vivo y en directo. Estuvimos mucho rato viendo con la niña como un pollito intentaba romper su cascarón y viendo a los recién nacidos que aun no podían ponerse de pie. Muy chulo.

Del nido fuimos ver los Suricatas, esos divertidos animales que tanta gracia hacen a los peques. Y de allí al territorio Wallaby para ver a los canguritos. Yo tenía la intención de enseñarle a la niña alguno que llevara la cría en la bolsa, pero no encontré ninguno.


Aunque el Lago es una de las primera cosas que uno encuentra el entrar en Faunia pasamos de largo al llegar, no queríamos perdernos el espectáculo en el Teatro Lago que comenzaba en ese momento. Así que tocaba verlo al final del día.
Es una zona en la que sentarse un rato a observar, y en nuestro caso a descansar, las diferentes especies de aves acuáticas (patos, gansos, cisnes y preciosos flamencos) que pasean en libertad ignorando al que pasa.

Tras un día de mucho movimiento estos animales transmiten paz.

También hay una isla plagada de monos capuchino que trepan y se mueven con una rapidez asombrosa. A la niña le encantaron, estuvo mucho tiempo fijándose en sus movimientos, sus manos, la cola con la que se agarran...

Antes de entrar en la tienda revisión del mapa. Solo nos faltaba el paseo en pony y la granja (la peque estuvo en la granja-escuela hace poco y montó en pony), ¡ah!, y el botiquín. Pues vamonos rápido no sea que la niña quiera ir.

Resumen: una experiencia genial que repetiremos, seguro.

martes, 3 de mayo de 2011

Las rutinas de los niños I. Sueño y alimentación.

Ya hable de las rutinas. A mi me parecen importantes, y creo que a mis peques les vienen bien. Pero también creo que las rutinas están para poder salirse de ellas.

Siempre que hemos empezado una rutina ha sido por una necesidad de ellas, hemos ido poco a poco planteandoselo como un juego o como algo bueno para ellas, haciendolas participes en la medida de sus posibilidades, hemos tratado de ser constantes y lo hemos hecho con todo nuestro cariño. Hasta que la rutina se ha convertido en un hábito, hasta que lo han interiorizado.
Al tiempo también hemos salido de esa rutina, para que comprendieran que, en ocasiones, las cosas pueden ser de otro modo. Para que fueran flexibles.

Quizá las primeras rutinas hayan sido relativas al sueño y a la alimentación. Considero que un buen hábito respecto al descanso y a la alimentación es fundamental para el desarrollo del niño. 
Ellas están acostumbradas a que se respeten sus horas de ir a dormir la siesta matinal (solo Pirata), la siesta de después de comer y la hora de dormir "hasta mañana". Son excepcionales los días en que nos lo saltamos, pero los hay. Solo durante la noche se respeta el silencio y la oscuridad. Y sus horas del desayuno, la comida, la merienda y la cena. Trato que el ambiente sea tranquilo, desayunamos en familia cuando los horarios lo permiten, comemos juntos los fines de semana y cenamos juntos casi siempre. La merienda a veces se convierte en un picoteo por la calle para seguir con las actividades diarias. Intento que coman alimentos variados, que prueben lo que se les ofrece, que cogan bien los cubiertos, coman con la boca cerrada, se sienten bien...

Otra cosa es conseguirlo. A pesar de la diferencia de edad puedo decir que con un año Pirata come más (en valor absoluto) que Dulçura a punto de cumplir cuatro. Cada uno tiene sus necesidades y sus ritmos. Eso lo he aprendido con el tiempo. 
La alimentación de la mayor ha sido mi calvario. La teta no funcionó, por mi inexperiencia, y como no cogía peso empezamos con los biberones de refuerzo a los tres meses. Tampoco los tomaba. A los siete meses ni rastro de lactancia materna. La alimentación complementaria también fue mal. Ni fruta, ni verdura, ni carne, ni pescado, ni hecho en casa, ni comprado, ni jugando, ni... La mayor no necesita comer demasiado, pero eso lo se ahora. Aunque nunca la he forzado directamente, si he usado todas las artimañas que se me han ocurrido para que comiera. Solo han aportado sufrimiento y problemas, incluso vómitos, no han servido de nada. Es una niña sana y fuerte, con una actividad propia de su edad, pero no debe necesitar demasiado.
La rutina de la comida comienza poniendo la mesa, ella es la ayudante. Trato de ponerle poca cantidad en el plato, darle los alimentos que le gustan y que pruebe lo que comemos los demás aunque la cantidad sea ridícula. Si tiene hambre ya pedirá.
Con la peque ha sido diferente desde el primer día. Teta a tutiplén, no se saltaba una toma ni loca. La alimentación complementaria va bien: fruta, verdura, carne, pescado, huevo, legumbre... Ahora mordisquea todo lo que le damos, y de echo hay que tener cuidado, porque si delante de ella comemos algo que no debe (frutos secos, patatas de bolsa...) quiere y si no se lo damos se enfada.

Dejo para otro momento el sueño, y el aseo, y el cole, y tantas otras rutinas diarias.

P. D. Albertina desde De Chupetes y babas me ha dado un premio, en cuanto tenga un rato lo pongo. Gracias

domingo, 1 de mayo de 2011

Felicidades mamás

El primer domingo de Mayo se celebra en España el Día de la Madre.
Felicidades a todas las mamás, especialmente a la mía, que me manda esto:

Enseñarás a volar
Enseñarás a volar…pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar…pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir…pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar…pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar…pero no pensarán como tú.
Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, sueñen, vivan, canten y piensen…
¡Estará en ellos la semilla del camino enseñado y aprendido!
Madre Teresa de Calcuta




Se trata de pasar un día en familia, realizando cualquier actividad lúdica y prestando especial atención a las madres y abuelas.

Los hijos son las anclas que atan a la vida a las madres.
Sófocles