domingo, 8 de mayo de 2011

¿Qué son las convulsiones febriles? ¿Qué hacer?

Antes de la horrible experiencia vivida hace unos días sabía de la existencia de las convulsiones febriles. El sobrino de una amiga, la hija de una compañera del trabajo... conocía sus experiencias. Además, hace unos meses en Diario de una mamá pediatra aparecía un post sobre el tema.
Ahora, tras las explicaciones recibidas en urgencias y por parte del pediatra que lleva a Pirata sigo buscando información. En internet hay muchas páginas que explican qué es una convulsión febril, aportan datos, porcentajes... 
Tras lo leído, y después de vivirlo en primera persona, creo que la explicación que me resulta más real y cercana es la del post que os he comentado. Lo cuenta tal como es. Me voy a permitir comentarlo desde mi experiencia, agradeciendo a Amalia que me haya permitido hacerlo, pero os recomiendo leer su post completo. Es genial.

"Las familias viven las convulsiones con una sensación de que el niño se les está muriendo" 
Lo juro, tuve la sensación de que mi niña se moría en nuestros brazos, la peor sensación de mi vida.

"Las convulsiones febriles son episodios de pérdida de conciencia acompañados de alteraciones del tono muscular (rigidez o por el contrario hipotonía -como un muñeco de trapo-), con frecuencia sacudidas de extremidades, ojos en blanco, labios amoratados y sensación de que no respira. Se producen en niños sanos que tienen una edad entre los 6 meses y los 5-6 años y están asociadas a la fiebre, que no tiene por qué ser demasiado alta. La edad más típica es entre el año y los dos años y el episodio se produce habitualmente justo cuando está empezando a subir la fiebre, de forma que la mayoría de las veces es difícilmente previsible."
La explicación me parece muy acertada. En nuestro caso la niña se quedó, no habría encontrado mejor forma de explicarlo, como un muñeco de trapo, no tuvo sacudidas y los ojos estaban fijos, con la mirada perdida. Los labios se le amorataron al principio, aunque al ratito ya tenía mejor color, poquito a poco iba respirando. La fiebre, efectivamente, no era alta.

"...es complicado ser consciente del paso real del tiempo (a todo el mundo se le hace eterno), lo usual es que duren unos pocos minutos, a veces segundos..." 
Los médicos dijeron que probablemente no habría durado los diez minutos que nosotros decíamos, lo cierto es que es eterno. Yo tengo experiencia en crisis epilépticas por mi trabajo, se que debo mirar la hora, pero ni pensarlo, ni acordarme. En ningún momento pensé en mirar la hora, por lo que calculé la duración del episodio por la llamada a emergencias grabada en mi teléfono.

"Las convulsiones febriles tienen mala fama y asustan mucho. Mala fama porque se asocian a meningitis y otros problemas del sistema nervioso. En cambio, para los pediatras de Urgencias es una patología que vemos con cierta frecuencia, ya que afectan a un 3-4% de los niños. Lo importante en el caso que se produzca, tras estabilizar al niño es considerar el motivo de la fiebre y actuar en consecuencia (teniendo en cuenta que en muchas ocasiones, al ser un cuadro febril incipiente no siempre el foco febril es evidente)."
Los médicos de la UVI móvil que vinieron a casa venían de atender un caso de convulsión febril, así que debe ser bastante frecuente. En nuestro caso la fiebre, que no ha vuelto a aparecer, puede deberse a un leve constipado ya que tiene algún moquete, pero nada importante.

"La causa de las convulsiones es desconocida, seguramente el cerebro infantil, en proceso de crecimiento y desarrollo es más susceptible a determinados estímulos como la temperatura o determinadas infecciones." 
Esta fue exactamente la explicación de la pediatra que nos atendió en urgencias. El cerebro de nuestra pequeña no está preparado para un subida o bajada brusca de la temperatura y reacciona de este modo.

"La mayoría de convulsiones febriles comparten una serie de características (edad "típica", duración corta - menos de 15 minutos-, recuperación completa, desarrollo psicomotor normal). Las convulsiones febriles típicas son benignas, no dejan secuelas, no necesitan ningún tipo de exploración complementaria ni seguimiento por ningún especialista.
Ahora bien, es cierto que se puede volver a reproducir el episodio en otro cuadro febril. La mayoría de los niños sólo tendrán una convulsión febril, pero si se ha tenido en una ocasión, la posibilidad de repetir es superior"
Se que es así, pero espero que en el caso de mi peque no vuelva a repetirse. Aunque intentaré estar preparada para ello.

"Si te ocurre con tu hijo/-a debes intentar:
- Mantener la calma
- Ponerle en un sitio seguro para evitar que se golpee o se haga daño
- Liberarlo de ropa o prendas apretadas
- Comprobar que tiene la boca libre (sin comida, sin objetos) y puede respirar
- Si parece que va a vomitar colocarle de lado para evitar la aspiración del vómito
- Y si es posible (dificilísimo) intentar controlar el tiempo
- Si dura más de 5 minutos, es conveniente avisar al servicio de emergencia porque existe la posibilidad de que necesite alguna medicación
Cuando el episodio cede, el niño se queda relajado, decaído, dormido. Es lo que se conoce como periodo postcrítico. Es aconsejable una valoración médica posterior a la convulsión para comprobar la recuperación completa."
Ahora que ha pasado el tiempo creo que reaccionamos bastante bien. Lo de la calma, pues no, calma no describe lo que sucedía en casa, pero tampoco fue horrible.
Como no hubo convulsiones no había peligro de que se golpeara, le quitamos la ropa, la envolvimos en una toalla mojada con agua tibia y la tuvimos todo el rato en brazos. También conseguimos que sacara el antitérmico que acabábamos de darle y que no había llegado a ningún sitio.

 "Y después un poco de aire para los padres con el fin de intentar recuperar el sosiego y llorar la emoción contenida." 
No sabéis como se agradece este final para un artículo magistral. Las sensaciones son contradictorias. Por un lado la felicidad absoluta porque peque volvía a ser la Pirata de siempre. A pesar de ser las tres de la mañana ella estaba jugueteando, queriendo dar paseos por la sala de observación agarrada de nuestras manos, sonriendo, llamándonos y dándonos besos... Pero por otro lado los nervios, la angustia pasada... Ganas de relajarse un rato y de llorar. Hace días que no puedo dejar de llorar, pero ¿y lo a gusto que se queda una?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno para mi es importante, a la lista de medidas a tomar, en caso de convulsiones febriles, yo añadiría rezar.

maria dijo...

Menos mal que ya ha pasado el susto. Ahora toca tranquilizarse y disfrutar de las peques. Un saludo. Maria