martes, 14 de junio de 2011

Se acabó el colecho.

Hace unos días que tenemos la cama familiar para nosotros solos, como cuando años atrás comenzó nuestra historia.

Cuando nació Dulçura teníamos preparada su habitación: cambiador, muñequitos, moisés, cremas y ungüentos, cama... Pero desde el primer día llevábamos el moisés a nuestra habitación por las noches. Al principio nos daba un poco de miedo practicar el colecho toda la noche, a pesar de saber que es seguro si se toman ciertas medidas por lo que nos resultaba cómodo tener un lugar donde ella durmiera y nosotros pudieramos ver si respiraba casi sin levantarnos o tenerla cerca si necesitaba teta o mimos.
A los tres meses empezamos a dejar el moisés en la habitación de la niña, la acostábamos allí hasta que nosotros nos íbamos a la cama. Ella no solía hacer tomas nocturnas y si por la noche se despertaba nos la llevabamos a nuestra cama y hasta el día siguiente. Después pasó a la cuna y más tarde a la cama. Excepto una temporada que tuvo dificultades para dormir ya fuera en la cuna, en nuestra cama, en brazos o en cualquier otro sitio, nunca nos ha necesitado demasiado a esa hora.

Con Pirata repetimos la operación. Dulçura ya dormía en su cama desde hacía meses y aunque el moisés estaba en su habitación durante el día por la noche lo llevábamos junto a nuestra cama. Los primeros días Pirata pasaba en el moisés muchos ratos, y cuando quería teta la metíamos en nuestra cama. Poco a poco el moisés empezó a quedarse en la habitación de las niñas y la peque a dormir en nuestra cama. Ella si ha sido de tomas nocturnas, dos o tres hasta los siete u ocho meses, por lo que hemos compartido muchas noches piel con piel.
En alguna ocasión, no demasiadas, la mayor también ha requerido la cama familiar. Tenemos una cama de 1,50 y nosotros somos tamaño S, pero nos hemos visto un poco achuchados. En estos casos la solución han sido las camas musicales: papá y mayor en la cama de las niñas y mamá y peque en la cama familiar; mamá y mayor en la cama familiar y peque en la de su hermana con papá... En función de lo que pasara cada noche, de la teta, las pesadillas y demás, cada uno buscaba un sitio en el que descansar un rato.
Desde hace un mes peque hace su última toma sobre la una de la noche y se queda en su cuna hasta por la mañana.

Ahora hemos cambiado de modalidad. La cama familiar solo lo es cuando alguien necesita cariño o mimos, por alguna pesadilla o por no encontrarse bien o porque sí. Las niñas son bienvenidas si lo necesitan, pero... cada vez lo necesitan menos.
En realidad solo hace unas semanas que las dos duermen del tirón, y de echo, cuando no es una es otra y cuando no las dos las que quieren un mimo, agua... pero ya echo de menos los movimientos nocturnos. Nos estamos quedando sin bebé otra vez.

Aunque no viviré esos despertares, las noches en vela... tengo la inmensa suerte de estar esperando a mi sobrina, lo que implicará, de nuevo, un bebé en casa. Un bebé de los que no se mueven y no hacen nada. Un bebé de los que te llenan solo con mirarlo. Un bebé por el que no parece que pasen las horas, hasta que de repente se sienta, camina y te dice adios. Solo quiero que la experiencia me sirva para disfrutar cada segundo, porque sé que pasan muy rápido.

5 comentarios:

Maria dijo...

Que forma mas natural de hacer las cosas, me parece genial, según las necesidades de las nenas... Nosotros también dormimos con la gordi, ha necesitado mamar mucho de noche desde que nació y con nosotros duerme muy tranquila y agusto y así nosotros tb descansamos... Asi que genial... Muchísimos besos!!

Anónimo dijo...

Me parece que lo habeis, lo estais haciendo muy bien, las mias ya son algo mayores. pero me parece estupendo como funcionan las cosas ahora.

Anónimo dijo...

Bueno, es verdad lo rapido que crecen, pero de aqui en adelante os quedan muchas experiencias muy bonitas de vivir con las dos, asi es la vida, aun recuerdo cuando eras tu pequeña y las cosas que hacias. Tengo ganas de ver a las peques, hasta pronto besos.
tieta-

Irene dijo...

Lo cierto es que las etapas van pasando, nos dan pena las que se van, pero tenemos que pensar que vendrán otras mejores y con nuevas sorpresas... que filosofica me he puesto!!!

Marta dijo...

El tiempo pasa, a veces demasiado rápido. Gracias por vuestros comentarios y un besos para mi tieta